La inocencia y el despertar de la curiosidad de la pequeña Simone de Beauvoir.
En 1919 cuando Simone de Beauvoir contaba tan sólo con 11 años, sus padres se mudan de casa a un departamento menos costoso, por lo que para preparar la mudanza sin pendientes, deciden dejarla a ella y a su hermana en casa de su tía Helene, y así, conviviendo con su prima Madeleine, un poco mayor que ella y dado que a Simone le habían prohibido leer ciertos libros o incluso, su madre Francoise, pinchaba con alfileres algunas hojas de ciertos libros, advirtiéndole que eran capítulos que no debía leer. Y dado que la prohibición que genera la curiosidad y se convierte en un deseo, ese deseo de descubrir qué es aquello que nos prohíben, se dio también en la mayor de la Beauvoir. Aprovechando que estaría con su prima, a la que sí la dejaban leer libros, que sus padres no le permitían, como los “Tres Mosqueteros”, decidió preguntarle a su prima Madeleine de qué trataban los libros prohibidos.
Entonces, su prima le “explicó” los términos “querida” y “amante”, de la
siguiente manera:
“Si tu mamá y mi papá se quisieran, ella sería su querida y él su amante”.

Fuente: Memorias de una joven
formal. (1958).
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